¿Cómo reconocer una piel afectada por la queratosis actínica?
Desde el punto de vista clínico, las queratosis actínicas aparecen como placas o pápulas eritematosas. Aparecen principalmente en áreas que están crónicamente expuestas al sol:
- La cara
- Las orejas
- Los hombros
- El dorso de las manos
- Cabeza
Las queratosis suelen variar en tamaño desde unos pocos milímetros hasta más de 2 centímetros. Al tacto dan una sensación característica de "papel de lija", tanto es así que a veces es más fácil identificarlos por el tacto que por la vista.
Su color varía del rosa al marrón en el caso de las queratosis pigmentadas.
La evolución de las queratosis actínicas es variable: pueden retroceder espontáneamente o permanecer sin cambios, pero en el 10% de los casos pueden convertirse en formaciones malignas. Los signos de progresión incluyen endurecimiento de la lesión, aumento de tamaño, sangrado y eritema.
¿Qué tipo de personas pueden desarrollar queratosis en la piel?
Los factores de riesgo para el desarrollo de queratosis actínica son diferentes:
- Género (en los hombres son más comunes)
- Edad avanzada
- Pieles claras (fototipos I y II)
- La alta exposición solar acumulada
- Inmunosupresión
- Trastornos genéticos de la pigmentación, como el albinismo.
El riesgo relativo de desarrollar queratosis actínica aumenta especialmente si se expone al sol con frecuencia o después de quemaduras solares repetidas, especialmente antes de los 20 años.
Queratosis actínica: cómo afecta en el Mundo
La queratosis está muy extendida, especialmente entre los caucásicos que viven cerca del ecuador. Por tanto, la prevalencia más alta se registra en Australia, seguida de Estados Unidos y Europa.
La incidencia también aumenta con la edad, situándose por debajo del 10% en caucásicos entre 20 y 29 años y del 80% en individuos entre 60 y 69 años.
Cómo tratar la piel con queratosis actínica
A menudo, quienes tienen piel con queratosis tienden a subestimarla y no acuden al dermatólogo. Por otro lado, es importante no descuidar la queratosis actínica y tratarla adecuadamente, según las indicaciones del especialista.
Los tratamientos más utilizados son:
- Terapia tópica con cremas o geles a base de 5-fluorouracilo, imiquinod o diclofenaco.
- Crioterapia: se utiliza especialmente cuando hay poca queratosis. Se aplica nitrógeno líquido a la lesión individual, que después del tratamiento se forma una costra y se cae.
- Terapia con láser: tratamiento basado en láser de CO2 que permite eliminar la lesión localizada en la piel.
- Terapia fotodinámica: es capaz de destruir selectivamente las células alteradas gracias a la aplicación tópica de un derivado fotosensibilizante que se activa in situ mediante luz LED roja.
Cómo prevenir la queratosis actínica
Además de los tratamientos explicados anteriormente, es importante que las personas con piel queratosis traten de reducir el riesgo de daño solar. Así es como:
- Aplicar productos específicos sobre el rostro y las zonas expuestas para la prevención de la queratosis actínica, enriquecidos con principios activos que previenen el daño fotooxidativo y con un factor de protección elevado (FPS 30 o superior).
- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (11-16) en verano.
- Protegerse con gafas, camiseta y sombrero o gorra.
- Evitar el uso de cabinas de bronceado.
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