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Ceramidas, la columna vertebral de la barrera cutánea

Cuando pensamos en “grasa” es probable que nos vengan connotaciones negativas. Sin embrago; cuando hablamos de la piel, "lípido" (del griego "lipos" que significa grasa) se convierte en sinónimo de bienestar. Los lípidos aseguran la funcionalidad de la barrera cutánea, impidiendo la entrada de sustancias nocivas en las capas internas de la piel y evitando la evaporación excesiva de agua.
En concreto se han identificado tres lípidos epidérmicos fundamentales que forman la barrera epidérmica:

  • Ceramidas: representan hasta un 50% de la barrera protectora
  • Colesterol, constituyen entre 22- 33%
  • Ácidos grasos, componen el 7-13%

¿Qué son las ceramidas?

Las ceramidas son el principal componente de la barrera de nuestra piel. Se podría decir que son la columna vertebral de la barrera cutánea, que retienen eficazmente el agua en el cuerpo, un elemento esencial para el equilibrio de las células y los órganos.

Son moléculas lipídicas formadas por un ácido graso y una esfingosina (componente de las membranas celulares), que nuestra piel es capaz de sintetizar de forma natural. Sin embargo; se sabe que, en algunas patologías de la piel, como la dermatitis atópica o la psoriasis, existe un déficit de ceramidas. Además, con el paso de los años también disminuye la producción de lípidos y ceramidas, por lo que la piel es más vulnerable, seca y aparecen arrugas.

 

Tipos de ceramidas

No todas las ceramidas son iguales, existen muchos tipos de ceramidas. Hasta ahora se han identificado unos 300 tipos en el estrato córneo (la capa más externa de la piel), pero los investigadores creen que puede haber más de 1000.

Hay tantas variantes porque las ceramidas se diferencian entre sí por ciertos detalles, como la longitud de la cadena de ácidos grasos o la presencia de un grupo funcional hidrofílico.

Las ceramidas se desarrollan en cadenas lineales de longitudes variables, que adoptan formas espacialmente "extendidas" que se interconectan tanto horizontal como verticalmente.

En estas largas cadenas puede haber elementos funcionales como los hidroxilos (-OH), compuestos de oxígeno e hidrógeno, que actúan como puntos de anclaje para captar moléculas de agua y mantener una correcta hidratación de la piel. El resultado es una verdadera "estructura" de láminas lipídicas que se superponen de forma compacta para formar estructuras laminares.

Las Ceramidas protegen y reparan la piel

Las ceramidas se disponen en la piel intercaladas con moléculas de ácidos grasos y colesterol, formando el "cemento" que mantiene unidos y en orden los "ladrillos" de la piel: los corneocitos.

Esta estructura solo se genera si cada elemento está en el lugar correcto y en la cantidad adecuada. Cualquier ligera variación en las relaciones cualitativas y cuantitativas entre los lípidos de la barrera cutánea provoca una alteración de la estructura general de la piel, con importantes consecuencias en su funcionalidad, medibles por el aumento de la pérdida de agua transepidérmica (transepidermal water loss, TEWL). Esto se traduce en una piel más vulnerable y seca.

Por ello, las principales enfermedades de la piel, como la dermatitis atópica y la psoriasis, se deben a la falta de ceramidas.

La dermatitis atópica y la psoriasis se caracterizan, de hecho, por una deficiencia en la barrera, y muchos estudios han demostrado que el suministro de ceramidas adecuadamente administrado en emolientes tópicos puede ayudar a la piel a recuperar su equilibrio y reducir los síntomas.

Los estudios más recientes también indican que las ceramidas pueden ser "generadoras de señales" que regulan los procesos cutáneos: en concreto, se cree que pueden modular los sistemas de autodefensa de la piel y las respuestas inflamatorias... ¡pero esta parte está aún por descubrir!

 

La combinación perfecta para mantener una buena salud de la piel

Hemos visto que las ceramidas son un componente fundamental de la barrera cutánea, pero no el único. El otro 50% de la barrera cutánea está formado por lípidos como el colesterol y los ácidos grasos. Para reparar y mantener la protección natural de la piel es importante buscar productos que contengan una mezcla equilibrada de los lípidos epidérmicos fundamentales.

Los productos Ceramol contienen la Tecnología 311®, una mezcla patentada exclusiva de lípidos funcionales (ceramidas, colesterol y ácidos grasos), que favorece la reestructuración y la producción natural de lípidos epidérmicos, reparando activamente la barrera cutánea; reduce la sensación de picor y desempeña una acción protectora que contrarresta la deshidratación.

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La información suministrada no sustituye las recomendaciones médicas. El contenido tiene fines ilustrativos y no sustituye la opinión del experto.